¿Actúo Como Mi Amigo O Mi Enemigo?

¿Actúo Como Mi Amigo O Mi Enemigo?


Empecemos por hablar un poco sobre aquellas características que debe tener una persona para ser considerada como nuestro mejor amigo o amiga, deberá ser alguien capaz de impulsarnos a alcanzar nuestras metas, nos motivará, representará un apoyo incondicional, querrá lo mejor para nosotros, será alguien sincero y respetuoso, entre otras características positivas. Por el contrario, ¿Qué es un enemigo? según el Diccionario de la Real Academia Española es una “Persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal”. De acuerdo con esto y con nuestra experiencia ¿Qué características definirían a nuestro peor enemigo?, este se esforzaría por sabotear nuestros proyectos, por hacer nuestra vida difícil o imposible, buscaría constantemente efectuar acciones que nos lleven al fracaso, nos desmotivaría para que no logremos aquellas cosas que queremos y usaría el engaño como un arma a su favor. 


En este orden de ideas lo más inteligente sería evitar hacer enemigos, pero ¿qué hacemos cuando el enemigo no se encuentra afuera sino adentro? Vamos a pensar en lo siguiente :


¿Alguna vez no les ha pasado que se proponen hacer algo y como que después ya no les dan muchas ganas o simplemente lo olvidan? Para no ir tan lejos, tomemos el ejemplo de año nuevo, para estas fechas es común que se hagan virales memes como los que se presentan a continuación, haciendo referencia a la postergación e incumplimiento de nuestros propósitos.






Seguramente la causa de su popularidad para estas fechas radica en que las personas se sienten identificadas. Y es que cada año tendemos a hacer nuestra lista de propósitos con los que nos comprometemos para el año que empieza, pero ¿Al final del año cuántos habremos cumplido? ¿Todos? ¿La mitad? ¿ninguno? Les aseguro que, así como a mi algunas veces me sucedió, somos muchos los que hemos estado entre estas dos últimas opciones : la mitad y ninguno, y seguramente inclinándose más hacia ninguno. 

Ahora quiero que pensemos en ¿quién será ese enemigo que nos pone zancadilla para que no cumplamos las metas que nos trazamos? ¿serán enemigos o tal vez que ya era muy tarde cuando pedimos los deseos, y el sueño hizo que en menos de una semana se nos olvidará la mitad? ¿o será que nuestros enemigos tienen el poder para borrarnos la memoria? 

Hablando en serio, ¿qué pasa con nuestras metas y deseos?, ¿por qué será que muchos de ellos no se concretan? ¿es afuera o es adentro donde está el problema? ¿somos nosotros mismos los que tal vez nos ponemos la zancadilla?

Podría decirse que es como si tuviésemos dos personas encerradas en un solo cuerpo tratando de convivir y como que no lo logran. Una busca establecer propósitos y acciones que nos lleven a estados de bienestar, logro y felicidad, pero la otra se esfuerza por sabotear la realización de dichas acciones. Es lamentable notar que nosotros mismos (cada uno) trazamos nuestras metas conforme con nuestros propósitos, pero tomamos decisiones que atentan contra las mismas, en ese orden de ideas ¿estamos actuando como nuestro amigo o nuestro enemigo?

Es claro que con nosotros mismos tenemos algunos problemas de coherencia interna respecto al compromiso que adquirimos con nuestra propia felicidad, a cómo tomamos decisiones y la forma en que dimensionamos las consecuencias e impacto de estas a mediano y largo plazo. Ahora para poner este problema en dimensiones más amplias, si no podemos ser uno con nosotros mismos, imaginen la dificultad que representa ser una unidad como sociedad, necesitamos seres íntegros para poder tener una sociedad íntegra. ¿Y cuál es la forma de conseguirlo?, pues evidentemente la que hemos usado hasta ahora no es acertada y si no me creen, los invito a ver las noticias esta noche, porque estemos acostumbrados a escuchar y ver muertes en las noticias, no quiere decir que tanta destrucción entre nosotros estén bien. Necesitamos conocernos a nosotros mismos, necesitamos poner de acuerdo a estos dos habitantes de nuestra mente y nuestro cuerpo. Necesitamos cambiar la forma en que vemos el mundo y cómo nos relacionamos con este. 

Es claro que con nosotros mismos tenemos algunos problemas de coherencia interna respecto al compromiso que adquirimos con nuestra propia felicidad, a cómo tomamos decisiones y la forma en que dimensionamos las consecuencias e impacto de estas a mediano y largo plazo. Ahora para poner este problema en dimensiones más amplias, si no podemos ser uno con nosotros mismos, imaginen la dificultad que representa ser una unidad como sociedad, necesitamos seres íntegros para poder tener una sociedad íntegra. ¿Y cuál es la forma de conseguirlo?, pues evidentemente la que hemos usado hasta ahora no es acertada y si no me creen, los invito a ver las noticias esta noche, porque estemos acostumbrados a escuchar y ver muertes en las noticias, no quiere decir que tanta destrucción entre nosotros estén bien. Necesitamos conocernos a nosotros mismos, necesitamos poner de acuerdo a estos dos habitantes de nuestra mente y nuestro cuerpo. 

Necesitamos cambiar la forma en que vemos el mundo y cómo nos relacionamos con este. ¿Bueno, y cómo conseguimos una sociedad formada por seres íntegros?: lo haremos si empoderamos a cada uno de los integrantes que la componen, personas que se respeten, se valoren y se quieran a sí mismos, así como a los demás. 
La generación de un plan de vida le da la oportunidad a una persona de respetarse, conocerse, quererse, dimensionar un propósito, y seguramente generar los mismos sentimientos hacia los demás.


Autor: Luisa Fernanda Zambrano 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Tiempo

Calendario Cósmico